¡El Bar Velódromo ha vuelto! Otro bar clásico del tapeo de Barcelona que resucita de la mano del cocinero Carles Abellán sin perder un ápice de su encanto. Cierto que las pretensiones culinarias de la nueva gestión han aumentado, como cabía esperar, y la inversión realizada ha valido la pena. La carta es amplia y variada, ofreciendo tapas clásicas y platos como ensaladas, pasta, arroces, carne, pescado…
Valor añadido para los nostálgicos es el hecho de que este bar haya vuelto a abrir sus puertas tantos años después de su clausura y que se haya mantenido con tanta fidelidad su aspecto original, aunque eso sí, con un aire más formal.
El Bar Velódromo abrió sus puertas, por primera vez, en 1933
El único inconveniente, que ya arrastra de su etapa anterior, es el hecho de que no disponga de una barra más amplia en la que poder sentarse a leer el periódico o consumir cualquiera de los platos que sirven en las mesas. Eso sí, el local es amplio y salvo horas punta, no resulta difícil encontrar mesa.
En resumidas cuentas, un local altamente recomendable y que vale la pena conocer. Siempre y cuando no se empeñen, como parece ser tendencia últimamente, en alternar el mobiliario existente con unos nuevos, modernos y arrugados taburetes de colores más propios de una tienda de Agatha Ruiz de la Prada que de un establecimiento con solera.
El Velódromo
Muntaner 213
De Domingo a Miércoles, de 13 a 24h
De Jueves a Sábado, de 13 a 1h
El ambiente es muy agradable y las bravas están ricas, pero no me gustan nada las croquetas. Eso sí, que no se pueda fumar es un super punto positivo!!! 🙂