Ochenta y tres son los años que acompañan al Café de la Ópera, emblemático local situado en una de las calles más transitadas del mundo: Las Ramblas de Barcelona, y justo enfrente del Gran Teatro del Liceo. No es de extrañar, entonces, que sus 4 paredes nos hablen de la historia de UNA BARCELONA DEL SIGLO XVIII, cuando aquél era el punto de partida de muchos carruajes a ciudades como Zaragoza o Madrid.
Más tarde, en pleno siglo XIX y a raíz de la construcción del Liceo, lo que fuera una tasca SE CONVIRTIÓ EN UNA CHOCOLATERÍA de decoración vienesa cuyos delicados espejos se conservan hoy día, además de otros detalles decorativos.
Actualmente, el Café de la Ópera es un bar-restaurante al que acudir, tanto para DESAYUNAR como para MERENDARSE un suizo con churros (lo que hicimos nosotros) o, incluso, para ir a COMER O CENAR, y es que su holgado horario permite esto y mucho más.
Tomarse algo mientras se admira parte de una enorme COLECCIÓN DE BOTELLAS ANTIGUAS y, sobre todo, WHISKY, es otra de esas cosas que podemos hacer en este establecimiento, y es que los dueños esconden, en algún recóndito lugar que nosotros no conocemos, una maravillosa y extensísima colección digna de admirar (véase su página web).
Merece la pena visitar este antológico bar aunque para ello uno se tenga que armar de paciencia y sortear, poco a poco, esa marea ingente de turistas que abarrotan a diario La Rambla de Barcelona.
Cafè de l’Òpera
Rambla, 74. Barcelona
De Lunes a Domingo, de 8:30 a 2:30h