Los dueños de esta bodeguita de Sants (Barcelona) compraron el local allá por el año 1948, una época que nos queda tan lejana que casi se vislumbra en blanco y negro; pero ahí permanece, impertérrita y prácticamente ajena a los cambios modernos.
De planta alargada, la bodega es sencilla en todo su concepto: una barra al entrar y unas pocas mesas al fondo, todo acompañado de unas barricas repletas de vino y unos estantes que nos muestran el género en venta: refrescos, vino, cava, licores varios, cervezas…
El extenso horario de la bodega es indicativo de que este lugar ejerce, básicamente, haciendo honor a su nombre y vendiendo vino a granel; y es que, al no tener cocina, lo único que uno se puede echar a la boca son chips, olivas y conservas varias, cosa que no parece suponer problema alguno a la fiel parroquia del local.
Salvador, el dueño, nos atendió con mucha amabilidad y nos estuvo contando batallitas del bar mientras tomábamos unas anchoas más que correctas. Es, sin duda, una bodega auténtica y legendaria que sobrevive contra viento y marea.
La Bodega
Sant Medir, 6. Barcelona
De Lunes a Sábado, de 7:30 a 21:30h
Festivos cerrado