Despedimos el año haciendo una visita a una de las bodegas veteranas del barrio barcelonés de Poble Sec ubicada en la calle peatonal más concurrida de todas: la calle Blai. Hablamos de la Gran Bodega Saltó, un bar musical que, como todos los de este estilo, nació con la idea de vender vino a granel a sus vecinos, una práctica que se está perdiendo, entre otras cosas, por las políticas de los Ayuntamientos y sus manías reglas sanitarias. De hecho, en buena parte del norte de España está totalmente prohibido.
En la Bodega Saltó, aún hoy es posible comprar vino a granel, si bien no desde las enormes y majestuosas barricas de la entrada, que nos dan la bienvenida a un local decorado de una forma bastante peculiar, mezclando tradición con arte y toques kitsch.
Acudimos a la Saltó a la hora del vermut y decidimos quitarnos la gusa con una tapa de sardinas, un bacalao con olivada y, como nota curiosa, unos mini bocadillos de jamón y lomo cuyo pan estaba elaborado con cerveza negra. Oferta gastronómica simpática y propia de este tipo de establecimientos que nos sentó de maravilla al regarlo con una refrescante caña de Estrella Galicia.
Pero en la Bodega Saltó no solo se va a vermutear o a tomar unas copas por la tarde-noche, ya que sus propietarios, amantes de la música, organizan conciertos los fines de semana para amenizar a su parroquia, que adivinamos será bastante numerosa. De hecho, ellos son la sede de l’Associació Cultural Cultmusic, una organización sin ánimo de lucro que pretende fomentar la cultura y el arte del barrio. Una iniciativa cojonuda.
Gran Bodega Saltó.
Calle Blesa, 36. Barcelona
De Lunes a Jueves, de 19 a 2h
Viernes y Sábado, de 12 a 3h
Domingo, de 12 a 24h.