En los bares antiguos, de toda la vida, muchas veces se escucha eso de ¡Si las paredes hablasen!, y es cierto. Si las paredes hablasen contarían, seguramente, infinidad de historias y anécdotas del día a día de ese bar.
No podemos preguntarles a las paredes (a no ser que nos faltase un tornillo) pero sí hemos hablado con los propietarios de estos bares para que echen la vista atrás y nos desvelen esos secretos, detalles e historias que tanto nos gustan.
Nuestra primera visita es en la bodega CELLER MIQUEL, situada entre la Sagrada Familia y el Hospital Sant Pau de Barcelona y Leo, su actual propietaria, nos estuvo contando cosas muy interesantes.
¿Queréis saber más? ¡Pues dadle al PLAY!
Recuerdo la primera vez que entré el olor a barricas de madera, a mí la verdad que me gustó y su tortilla de patatas sin duda es una de las mejores que he probado.